Pasen y vean. Esto es lo que he sido, pero no sé si es lo que seré.

viernes, 13 de noviembre de 2015

La fruta.

 La fruta prohibida no era especial. No daba conocimiento, ni tampoco conciencia sobre el bien y del mal.

 Era un fruto corriente, como los muchos que se encontraban en el jardín del Edén.

 La prohibición era una prueba, ya que el Jardinero necesitaba saber si sus protegidos eran curiosos o no.

 La curiosidad es la madre de todo, del conocimiento, del bien y del mal, de la verdad. La curiosidad es mucho más peligrosa para el Jardinero que cualquier otro tipo de rebeldía.

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