Pasen y vean. Esto es lo que he sido, pero no sé si es lo que seré.

lunes, 6 de octubre de 2014

Humanidad

 El último respiro que un ser humano exhaló en la tierra fue registrado por mil cámaras en vivo. Todos esperaban ese momento, el instante donde el hombre ya no sería rehén del oxígeno, como tampoco lo era de los alimentos o el desecho de residuos. Con ese acto, el gobierno había cumplido la promesa de campaña que repetía cada vez que un nuevo problema se presentaba. Dado que el sistema de medición de tiempo fue erradicado, ya no se medía en períodos de gobierno, sino en eficacia. Si un problema no era solucionado, los ciudadanos votaban automáticamente en sus terminales personales por un nuevo gobierno. La promesa de ser libres de las debilidades humanas permitieron al partido gobernante ejercer su cargo desde la gran Quema de Agendas Electrónicas, pero ya nadie lo recordaba así.

 Con el último respiro, el hombre abandonaba su herencia genética. Para no depender de nada más que sí mismo, fue necesario crear medios alternativos, como sangre sintética, y una fuente de energía virtualmente inagotable. El Porennium, desarrollado por Isaac Porenn, permitió a los humanos liberarse de las necesidades de sueño, alimentos y liberación de desechos. Claro que aún podían consumirlos, pero ya no era necesario, y pasaron tantas generaciones de nuevos ciudadanos que ya no se hacía.

 Liberados de la necesidad de respirar, los ciudadanos ya no necesitaban la molesta sangre sintética. Ahora eran una máquina perfecta, con una esperanza de vida virtualmente infinita. Una verdadera edad de oro se avecinaba. Sin necesidad de abrigo, alimento o incluso respiración, ya no había necesidad de trabajar, o ganar dinero, o desarrollar algo. El Último Invento fue desarrollado. Incluso, la última guerra que conoció la humanidad fue antes de la Quema, por lo que ya no habían razones por las que pelear. El mundo vio como la última exhalación del último humano considerado vivo marcaba el fin de la especie humana. Una nueva especie había nacido, pero ellos nunca se darían cuenta.