Pasen y vean. Esto es lo que he sido, pero no sé si es lo que seré.

domingo, 3 de junio de 2007

Tiempo cero.

¿Dónde estoy?

En ese caso, más que una pregunta sería una descripción del "donde", porque no había nada alrededor. No había profundidad ni paredes. No estaba sobre nada. ¿Flotaba? No estaba bajo nada, entonces, ¿no había techo? A mis costados no había nada. Todo (más bien la nada) era de color blanco. Yo diría transparente, pero ¿qué color es el transparente? ¿Qué color tiene la nada? Más bien sería negro, ya que el vacío no absorbe colores ni los refleja. Pero ahora no quiero saber de qué color es, sino qué es. El problema es que estoy apoyado en algo. Es blanco, como mi derecha, mi izquierda, mi delantera, atrás mio y sobre mí.

Mis pasos no suena, tampoco mi voz. Ni mis silbidos, ni mis gritos, ni mis patadas. Lo que sí sonó fue una voz, que resonó como un trueno en una tranquila lluvia:

- No intentes hacer ruido, no lo conseguirás. Para cambiar algo en este limbo, antes debes existir.

Leyó mi pensamiento, porque luego dijo:

- Estás equivocado, no ocupas un lugar físico. Para el resto de las personas sos invisible, transparente e inexistente. Sólo las ondas de sonido existen en este limbo, pero como ni siquiera existís, no las podés crear. Estás atrapado entre el ayer y el mañana, entre el antes y el después, en algún lugar del laberíntico presente.Eso sí, sos un vegetal en tu mundo.

El antecedente más cercano de actividad en tu mundo es un accidente con un auto. Ibas cruzando la cebra y un auto te atropelló. Caíste en un coma permanente. No quieren darte la eutanasia porque tienen esperanzas. Mientras que estés en coma, estarás en este lugar.

- Mátame entonces. Encuentra la forma de liberarme de esta prisión mental. Así no podré vivir.
- ¿Así cómo? ¿Cómo vivías antes?
- Libre. Podía hacer cosas.
- Acá podemos hacer cosas.
- Espera, ¿quién sos?
- Soy tu subconsciente.
- ¿Cómo?
- ¿Tan raro te suena? Estás en coma. Ahora, me gustaría hablar de un tema contigo...
- No voy a hablar conmigo mismo. No estoy loco.
- Ah, hablarás. Estás en coma. Si no hablamos, enloquecerás. Así que prepárate.

Facundo Strazzarino
2006

sábado, 2 de junio de 2007

Dos poemas para comenzar

Una palabra

Una palabra hace milagros,
si el que la dice está callado.

Una flecha hace estragos,
si en un corazón se ha ensartado.

Si una flecha de amor es,
los amantes se han encontrado.

Presionados por sus partes,
atrapados por sus lados,
los amanes lucharán,
aunque queden aislados.

Una risa es el disparo,
una palabra lo confirma,
la flecha ha apartado,
de este mundo a los amantes.

La palabra ha callado,
el amante la ha capturado,
con su boca con sangre,
sangre que se ha volcado,
sobre la alfombra persa,
donde los amantes se han amado.

Ella grita sin notar,
al atacante en sus espaldas.
Él lo ha visto, en la sombra
donde reinan las arañas.

La palabra fue pronunciada,
por el amante asesinado.
Él amaba a su preciada,
cuando se consumó el atentado.

Una flecha, dos corazones.
Un alma, dos vidas.
Un sentimiento, dos secretos.
Un problema, ya de los muertos.

Un rencor profundo ha nacido,
entre las familias de los dos hijos.
"¿Quién ha matado a la doncella?"
"¿Quién ha matado al hombrecito?"

La palabra en el aire ha quedado.
La palabra hablada por el mocito.
¿Era "te amo", o sólo "amor"?
No, la palabra era "¡cuidado!"
Facundo Strazzarino
2007
La victoria

Solamente un pique,
falta para la victoria.
Tan solo un tanto,
es la distancia a la gloria.

Su compañero se la pide,
pero él no lo escucha.
Es el final del campeonato,
y piensa que es solo su lucha.

Lanza el tiro, el último tiro,
directo al aro de la gloria.
Todo quedará en su memoria,
y saldrá en los libros de historia.

El tanto erra,
no lo puede creer.
Su compañero lo mira,
pero él no lo puede ver.

La vergüenza lo alcanza,
justo en el peor momento.
Cuanto más cerca del cielo,
más fácil es caer al averno.

Diez segundos faltan,
para el fin del campeonato.
Su amigo la salva del aro,
y se la pasa con desgano.

Él reacciona bien,
y hace una cortina.
Su mirada se transforma,
en el tanto de la vida.

Diez segundos después,
saludan a los ganadores.
Lo hacen con una gran sonrisa,
la sonrisa de los vencedores.

Salvaron su amistad,
ya en los descuentos.
Dos hermanos con lealtad,
que casi estaban de duelo.

"Los hermanos sean unidos,
esa es la ley primera.
Si desunidos están,
se los comen los de afuera".
Facundo Strazzarino
2007
Cita extraída de "El Gaucho Martín Fierro", de José Hernández