Pasen y vean. Esto es lo que he sido, pero no sé si es lo que seré.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Cuando los patriotas son extrangros

La puerta sonó tres veces. La mujer atendió. Dejó pasar al tipo que tocaba, y lo hizo sentarse en una silla de la cocina. Todo era muy normal. Hasta que el tipo habló despacio, como buscando palabras que no encontraba. Palabras secas, como sin contenido, temiendo que de ponerle contenido la mujer arrancara a llorar. Hasta que ya no pudo aguantarlo, y lo soltó. Antes de hacerlo, las fotos de Darío que lo miraban desde la heladera lo taladró por dentro, y con eso solo tubo que dejarse llevar para soltar el rollo: Darío había muerto.
La mujer quedó muda, con lo que asustó al extraño hombre. Sabía que era responsable de eso, despues de todo el se ofreció para dar la mala noticia, alegando que sería mas duro que recivir una fría y dura carta. Sin explicación, sin sentido. Luego soltó un leve gemido, se contuvo, y preguntó como había pasado.
El hombre, rapidamente, se preparó para algo que no esperaba encontrarse. Contar la historia.
-Señora. Primero que nada, debo contarle la historia de un niño de 19 años lleno de sueños de libertad, sueños con los que el vivia libre, pero no soportaba saber que otros sufrian opresión. Ese niño es Darío. No era su guerra. Esta guerra, nunca llegaría a este pequeño paraje, y el lo sabia bien.
>>Fué a esa revelión para defender su ideal solo conseguido en los libros. Pero cuando llegó allá, nadie lo apoyó. Era solo un niño para nosotros. Se esforzaba por hacer todo bien, pero todo le salia mal. Nosotros lo incitamos a abandonar. sería un buen médico, abogado o político. Pero su fuerza no estaba en el campo de batalla ajeno.
>>Pero nos atacaron por sorpresa. Mataron a cientos de compañeros. El me llevo a un lugar seguro, tomo un arma y corrió a ayudar a sus compañeros. Gritó, gritó fuerte. Solo yo lo escuché, porque los nuestros tiraron cocteles molotov y granadas. Matamos a los emboscados, pero el murió por nosotros.
>>Ahora, yo creia que Darío sería un gran erudito, pero no servía para nada físico. Yo no lo ayudé. Antes de esto, era un estúpido que solo pensaba en matar y matar. Lo veia como carne fresca para los enemigos. No me importaba él ni mi patria. Lo hacía solo por mí. Pero el me hizo pelear despues de eso como un patriota, derramando sangre tirana.
>>Su ejemplo solo me sirvió a mi. Los demas nunca lo seguirán. Pero quiero que sepa que su hijo es lo mas cerca a un buen hombre que habrá nunca. El siguió sus ideales, pasando fronteras sin importarle nada. El no buscó riquezas, fama, libertad ni respeto. Su único objetivo, era seguir sus ideaes. Nunca se rindió, y aunque era un inútil, hizo lo que pudo por una causa que no era la suya. Perdóneme. Le quería mentir, diciendo que su hijo fué excepcional, un héroe en otra patria, un mártir, o simplemente un poeta. Pero nada de esto fué, simplemente fué un hombre muy inteligente que hizo sus suños realidad, no luchando contra el sistema, sinó a favor de la libertad.

- ¿A si que mi hijo murió solo para mejorar su actitud frente a su patria?

-No. El murió para cumplir su sueño.

-¿Vale la pena morir para cumplir un sueño si no estaras ahí para disfrutarlo?

-Señora:El che guevara, otro revolucionario, dijo una vez: "No luchemos hasta morir, luchemos hasta vencer"¿Puede comprender el sentido del mensaje?

La señora se paró. Abrió la puerta y salió afuera. El hombre la siguió. Se fue para la parada, y se lamento no decirle que su hijo fué asesinado dormido por una emboscada, y se había ganado el respeto de todo el pelotón. Sus últimas palabras fueron la historia recién contada, cuando su mejor amigo fué el unico en oírla, y reproducirla con dificultad a la perturbada señora.



Lo siento huayat, pero no pude completar tu pedido. Espero igual que esta historia te guste...

domingo, 18 de noviembre de 2007

Bendicion para mortales, maldicion para aburridos

El día que se inventó la inmortalidad, fué un dia comun. El sol salió, los ancianos salieron por su paseo matinal, los asesinos mataron igual. Un político seguía mintiendo, y un abogado defendiendo violadores. Un simple y común día en este siglo en esta era de constante cambio. Las flores seguían abriéndose al sol, como adornando este mundo un poco mas. Las personas segían sonriendo sin motivos, las personas segían llorando con motivos.
Pero el día 20 luego de ese día, fué onocido mundialmente como el comienzo del fin. El día en que la muerte fué vencida. El científico fué famoso y repudiado por religiosos ortodoxos, pero los calmaron diciendole a cada religión que este era el regalo de su/s dios/es. Resultó ser un castigo divino, no por su belleza, sino por la creencia religiosa. Así fe vencida la muerte. Los musulmanes odiaron a este hombre, porque este hombre proponía tomar las llaves del cielo y lanzarlas hacia la boca de un furioso dragón invencible. Con este brebaje, el cielo nunca sería alcanzado.
Pero las deas religiones creyeron que este era el cielo. Quienes no tenian religion, era algo muy ambicioso, que conseguirían a toda costa.
Así, la poción, medicamento, droga, o veneno (como la llamaban los musulmanes) se distribuyó gratis por el mundo. El científico/brujo/diablo lo dió gratis, porque el no buscaba lucro, el mismo declaraba que buscaba a felicidad. Curiosamente, este hombre apareció muerto, lo cual cayeron en sospecha poderosos grupos extremistas del medio oriente, lo que ocasionó una guerra estúpida, ya que eran inmortales contra suicidas.
Así, los que quedaron vivos fueron inmortales, sin contar personas aisladas de la civilización. Con el tiempo, estas personas se aburrían, extrañamente extrañaban la muerte (valga la redundancia). Necesitaban la muerte, porque se aburrían. Muchos se colgaron, atravesaron, suicidaron, en fin. Solo quien se tiraba a un volcán o algún otro fenómeno natural moría verdaderamente, porque se desintegraba en una llamarada de fuego y tierra.
Entonces, las personas hicieron su propio cielo. Cada 10 años, toda persona mayor a 80 años se podía retirar a otro espacio si su actitud buena había sido. Si esta persona había transgredido normas sagradas de su religión, basada en antiguas consesiones, y era mayor a 80 años, cada 10 años era encerrado en una prisión eterna, consumido por el dolor del hambre y la sed. Así, la era de los malditos resolvió torpemente su maldición.


Nota fuera de la narración: El inventor era un filósofo. Sabía las consecuencias de todo, por eso se suicidó luego de inventarlo, asi castigó a la humanidad con la meta mas deseada, sin saber que los inmortales existían desde antes. Sus nombres aún se conservan en la memoria de las personas. Pero eso no importa, la humanidad ya se acabó desde el mismo momento en que pudo cambiar su forma física a voluntad...