Pasen y vean. Esto es lo que he sido, pero no sé si es lo que seré.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Ese momento

Ya no recuerdo la razón que hizo separarnos. Tal vez me obligué a olvidarla. Aún así, no necesito recordarla.No quiero tratar de arreglar lo que tal vez puedo arreglar. No necesito mil años a tu lado. Solo necesito una palabra más, una respuesta tuya. No pido más, porque no lo necesito. Si ese es tu deseo, dime la razón. Pero no creas que la pido para entender lo que pasó, y tal vez darme cuenta como lo olvidé. No, no lo necesito. Solo es una excusa para volverte a oír. No necesito mas. No necesito besarte, ni siquiera verte a los ojos una vez mas. No, solo necesito saber si aún sigues siendo tu misma, si aún sigues siendo aquella que eras antes de olvidar un porqué que no necesita ser recordado.
La curiosidad es asombrosa. No es un objeto, tan solo es un impulso, o solo una excusa. Por curiosidad, nos olvidamos del peligro hasta que se vuelve inminente. ¿En qué me beneficiaría la curiosidad del saber, cuando hay tantos secretos que sostienen al mundo y nos mantienen bajo un techo teniendo una almohada con nuestro nombre? ¿De qué nos sirve saber secretos de conspiraciones y guerras, de seres extraterrestres cuando ni siquiera sabemos que otras asombrosas culturas están conviviendo y luchando contra el exterminio de la globalización? De nada. Solo nos hará asombrarnos de lo que no sabíamos, y nos preguntamos si los demás lo saben. Luego nos sentimos bien porque creemos saber lo que habita en el mundo, cuando ni siquiera sabemos si adoran a un dios benévolo o a un dios hambriento de sacrificios. Por eso mismo, no quiero saber el porqué. No quiero recordarlo. No lo necesito, tu estás ahi, y yo aquí. Eso es lo que se, y eso es lo que me basta saber.
Pero hay algo que si me intriga. ¿Y tú? ¿Qué piensas tú? ¿No extrañas aunque sea un segundo pasado antes del momento que olvidé? Tal vez a ti te pasa lo mismo que a mi. Puede que si. Aun así, ¿Qué importa? Tu estás aquí, y yo ahí. El leer esto te hace trasladarte a un espacio donde el tiempo es medido por los latidos de tu corazón, y la razón de dirección no existe.
Ahora, me despido. Tal vez nunca te llegue esta botella, porque el océano es inmenso. Ni hablar que con el calentamiento global, está creciendo cada vez más. Aún asi, no me interesa. Algún día llegará. Ni la muerte me impedirá dejar de quererte. Aunque olvide el momento en que todo terminó, aún recordaré el día en que todo empezó. Y con esome basta.