Pasen y vean. Esto es lo que he sido, pero no sé si es lo que seré.

sábado, 2 de junio de 2007

Dos poemas para comenzar

Una palabra

Una palabra hace milagros,
si el que la dice está callado.

Una flecha hace estragos,
si en un corazón se ha ensartado.

Si una flecha de amor es,
los amantes se han encontrado.

Presionados por sus partes,
atrapados por sus lados,
los amanes lucharán,
aunque queden aislados.

Una risa es el disparo,
una palabra lo confirma,
la flecha ha apartado,
de este mundo a los amantes.

La palabra ha callado,
el amante la ha capturado,
con su boca con sangre,
sangre que se ha volcado,
sobre la alfombra persa,
donde los amantes se han amado.

Ella grita sin notar,
al atacante en sus espaldas.
Él lo ha visto, en la sombra
donde reinan las arañas.

La palabra fue pronunciada,
por el amante asesinado.
Él amaba a su preciada,
cuando se consumó el atentado.

Una flecha, dos corazones.
Un alma, dos vidas.
Un sentimiento, dos secretos.
Un problema, ya de los muertos.

Un rencor profundo ha nacido,
entre las familias de los dos hijos.
"¿Quién ha matado a la doncella?"
"¿Quién ha matado al hombrecito?"

La palabra en el aire ha quedado.
La palabra hablada por el mocito.
¿Era "te amo", o sólo "amor"?
No, la palabra era "¡cuidado!"
Facundo Strazzarino
2007
La victoria

Solamente un pique,
falta para la victoria.
Tan solo un tanto,
es la distancia a la gloria.

Su compañero se la pide,
pero él no lo escucha.
Es el final del campeonato,
y piensa que es solo su lucha.

Lanza el tiro, el último tiro,
directo al aro de la gloria.
Todo quedará en su memoria,
y saldrá en los libros de historia.

El tanto erra,
no lo puede creer.
Su compañero lo mira,
pero él no lo puede ver.

La vergüenza lo alcanza,
justo en el peor momento.
Cuanto más cerca del cielo,
más fácil es caer al averno.

Diez segundos faltan,
para el fin del campeonato.
Su amigo la salva del aro,
y se la pasa con desgano.

Él reacciona bien,
y hace una cortina.
Su mirada se transforma,
en el tanto de la vida.

Diez segundos después,
saludan a los ganadores.
Lo hacen con una gran sonrisa,
la sonrisa de los vencedores.

Salvaron su amistad,
ya en los descuentos.
Dos hermanos con lealtad,
que casi estaban de duelo.

"Los hermanos sean unidos,
esa es la ley primera.
Si desunidos están,
se los comen los de afuera".
Facundo Strazzarino
2007
Cita extraída de "El Gaucho Martín Fierro", de José Hernández