Pasen y vean. Esto es lo que he sido, pero no sé si es lo que seré.

domingo, 24 de mayo de 2009

Caballería de Osos


Atacamos, por fin. Llevábamos días esperando los suministros. Nuestros osos ya estaban aburridos por el ocio. Por suerte, pueden resistir el frío. ¡Es increíble! Pudimos domar estas bestias, ¡y hacerlas tan mansas para nosotros como si fuesen gatos o conejos! Inclusive, no dudan en atacar al enemigo que le indiquemos. Inclusive, no los azotamos, porque ellos son nuestros compañeros. Marchamos... contra el enemigo. ¿Asesinos? Si, lo somos. La guerra no es excusa, como tampoco lo es que ellos quieran arrebatarnos nuestra libertad, nuestra fe. Pese a que nos defendemos, pese a que no queremos guerra, debemos matarlos. Son ellos, o nosotros. Debemos exterminarlos a todos, porque uno puede matar a mil de nosotros. Raza de traidores. Son como nosotros, nuestra misma piel, nuestro mismo origen. ¿Qué les hizo cambiar el rumbo? Nadie lo sabe. Pero nos empezaron a matar de apoco. Mataron nuestros caballos, malditos asesinos. Mataron nuestras mujeres y nuestros hijos. Sedientos de sangre, nos buscan. Pero no huímos. Somos la esperanza de nosotros mismos. Cruzaremos el río, para encontrarnos con su ejército preparado. Ellos creían que huiríamos a las montañas. Ahora, lucharemos aunque nuestra vida perdamos. Y nuestros osos probarán su sangre.

Los osos rugen de a uno. Estan listos, nuestros amigos, nuestros compañeros. Siento admiración por estas bestias. Son tan leales. No sumisas, como lo son el gato o el perro. No, estos osos son leales. Te seguirán siempre, mientras que los cuides. Trata de azotarlos: nadie te ayudará. Ni ellos ni nosotros aprobamos el castigo físico. ¿Qué caso tiene? Ellos son nuestros leales compañeros, y con su ayuda aplastaremos a quienes nos quieren sacar nuestra libertad. Nuestros hijos ya no tendrán miedo a esos hombres que son bautizados con hierros candentes en la cara. Nuestras mujeres ya no sentirán miedo de sus aves rapaces, o sus elefantes que arrasan con nuestras casas. No, los acabaremos, no dejaremos a nadie vivo. Seremos odiados por las futuras generaciones. Nunca nos agradecerán. ¿Eso importa? Les salvaremos el pellejo, es nuestro regalo. No pedimos su recuerdo. Solo queremos darle un futuro a la humanidad. Estos hombres, que nos quieren arrancar nuestra libertad, son crueles con los animales. Los someten. Usan espuelas con sus caballos, usan fustas con sus elefantes. Queman con hierros candentes a sus hijos, para hacerlos diferentes a los hombres. Son monstruos, son crueles. Nosotros permitiríamos que viviesen, que hagan lo que quieran. Después de todo, los animales pueden elegir donde quieren ir. Pero hicieron algo que no debían: subestimar al resto de las tribus. Masacraron al resto, y dejaron pocos como esclavos. Vienen por nosotros, la Caballería de Osos.

Los aplastaremos. No porque esté bien. No porque mutilen animales o hagan esclavos. No porque sean malignos, ni porque mutilen a sus propios hijos. Lo haremos, porque estamos en peligro. Y esta pequeña tribu pacífica, casi sin poder militar, no puede tolerar eso. Aún así, podríamos haberlos atacado de noche. Pero no somos como ellos. Pero, aún así, aplastaremos a sus familias y liberaremos a los esclavos. No podemos dejar rencorosos. Todos nos odiarán en el futuro, pero si esos niños crecen, no habrá futuro. Debemos hacerlo, por el futuro. Acabaremos con ellos. Ellos harán la señal, para comenzar a cazarnos. Creen que huiremos. Pobres, casi siento lástima de su ingenuidad. Su sangre correrá por los ríos, pero no estamos orgullosos de eso. Sentiremos culpa, y muchos nos suicidaremos. Tendremos pesadillas. La excusa de "era necesario" no existe. Hoy no seré yo. Hoy seré un fantasma de la muerte, y mi oso será mi hoz. Con mi sable haré cosas de las que me arrepentiré. Pero alguien tiene que hacerlo, alguien tiene que cargar con la culpa. Marcho. Se siente el cuerno. Ellos salen a cazarnos. Cruzamos el rio... ¡A ELLOS, QUE NO QUEDE NADIE CON VIDA!